viernes, 15 de mayo de 2009

¿Prestigio social?

Comentario de texto. Responded las siguientes preguntas:

- ¿Los maestros que salen de la UPNA no tienen prestigio social?
- ¿Quién ha inventado el prestigiómetro?
- ¿Es adecuado el juicio sobre la sociedad desde una postura parcial e integrista?
- ¿En qué medida la formación de formadores es un mecanismo de control social?

Especialmente después de las maniobras para impedir la implantación de Medicina en la UPNA este titular me resulta escandalosamente indignante. Es competencia desleal: aquí se necesita la autorización política, y allí no.

¿Que prestigio social se va a derivar de esa organización? Como muy bien explica Javier Armentia en su comentario "condones y criminalidad" algunas de sus posturas ideológicas, llevadas a la declaración, rozan lo criminal. Como para arrogarse además el monopolio del prestigio social. En fin, si existiese el infierno irían de cabeza, aunque sólo fuese por el pecado capital de soberbia.

4 comentarios:

RKincaid dijo...

Yo diría que los maestros no están mal valorados. (Ver Pregunta 7).

Un saludo

Toni Cañabate dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Toni Cañabate dijo...

Apreciado Joaquín, es evidente que no te falta razón y que la noticia es demagógica e insultante como mínimo por lo que indirectamente se desprende del titular en negativo para la oferta de titulaciones preexistente.

Pero ellos saben hacer algo que nosotros o no sabemos o no queremos saber en nuestra cofortable mediocridad burguesa o no acabamos de darnos cuenta de que o aprendemos o van a acabar con nosotros y nos van a comer con patatas, ... y recochineo por el camino.

Y de eso SÍ somos muy culpables. Somos el ejército de pancho villa, cada cual va por libre y así no hay manera de ser efectivo en la consecución de los objetivos de la Institución que, además, o no están claros, o no son más que innumerables brindis al sol muy loables, o, en la práctica, no se comparten y se persiguen a una. Somos muy blandos y tolerantes con la desidia de algunos pocos que acaba salpicando el prestigio, el honor y la fama de justos y pecadores. Somos muy dóciles con los caprichos de los "accionistas" y poco estrictos con el cumplimiento de sus legítimas demandas. Todo el mundo opina con total autoridad y un doctorado en el CV, a menudo en la más absoluta ignorancia y en procesos de debate hipermegaineficientes, larguííísimos y aburridísimos y casposísimos en los quer se han de escuchar argumentos asombrosamente faltos de rigor con tal de defender "lo mío". No nos preocupamos por la viabilida de las decisiones que se toman, ... en fin.

Joaquín Sevilla dijo...

Estimado Toni, muchas gracias por tu comentario. Tienes razón en que la universidad pública no es un dechado de buena organización. Ese punto anárquico y disperso ha podido ser incluso un aliciente más en los tiempos en que la formación universitaria era cosa de élites (10- 15% de la población como mucho). Pero desde hace dos décadas, cuando se está formando masivamente a la población y realizando una cantidad fundamental de la investigación del país (el 70% de los papers españoles, cerca del 2% mundiales), no nos podemos permitir esta desorganización. Y si nos la permitimos, coincido contigo en que el "mercado" nos castigará.