jueves, 6 de agosto de 2009

Ciencias económicas o neodarwinismo

En pasadas entradas he insistido en la idea de que la pretensión (no suficientemente fundada) de ciencia por parte de la economía mina el auténtico valor de la política, sosteniendo que las medidas a tomar no son discutibles, sino que se derivan de un corpus científico sólido e inexcusable. Por ejemplo cuando el Gobernador del Banco de España dice que hay que abaratar el despido parece decirlo desde la ciencia (el suyo es un puesto "técnico"), cuando en realidad es una opinión política tan defendible como la contraria. Me encuentro hoy con la reseña de un trabajo que, aunque no sea con la misma motivación, intenta profundizar seriamente en cuanto de científico tiene la economía; para concluir que peches peches.

Pero hay otros puntos de vista, como el que encontramos aquí: "El ultradarvinismo que vivimos justifica el deleznable comportamiento de la globalización económica que padecemos. Sí esa, que nos ha sumergido en una profunda crisis humanitaria, económica y ambiental." Como vemos es al darwinismo social, apoyado por el darwinismo biológico al que se responsabiliza de la justificacion social de un planteamiento político no precisamente muy social.

Quizá no sean excluyentes. Desde luego tiene que haber razones poderosas para que el mantenimiento social del neoliberalismo...

7 comentarios:

RKincaid dijo...

Creo que he comentado alguna vez entradas en este blog en este sentido. Las discrepancias entre economistas no son las discrepancias de la calle y desde luego no son las discrepancias políticas.

Cualquier postura política no es defendible desde un punto de vista económicamente riguroso. Es cierto que la economía como disciplica (no como ciencia, no me gusta la palabra) no dispone de respuestas para todo, pero por lo menos las plantea desde un punto de vista mucho más riguroso que el columnista de turno o el político en busca de votos que pasaba por allí.

La economía no es una ciencia, pero es una disciplina con suficiente rigor como para no permitir que cualquiera sin conocimiento opine.

Poniendo un ejemplo, es como todos esos que se oponen a que se ponga en marcha el LHC porque temen que un agujero negro nos devore.

Sobre economía opina cualquiera y se dicen infinidad de tonterías desde tribunas "muy dignas". Cuando el gobernador del Banco de España (que no es precisamente conocido por su idelogía neoliberal) dice que hay que reformar el mercado laboral creo que es mejor escuchar sus argumentos que desacreditarlo por "hacer política". Después veremos si los poderes del Estado hacen caso a las recomendaciones técnicas o como siempre, trabajan pensando en las elecciones.

La mayor parte de críticas que escucho ante opiniones como la del gobernador del Banco de España provienen de gente mucho más sectaria y profundamente más indocumentada. Pero cualquiera puede hacer política porque las opiniones no hace falta fundamentarlas... cualquier gilipollez cuela. Y créeme que se oyen muchas... muchísimas.

Joaquín Sevilla dijo...

Pretender transformar sustancialmente la sociedad no tiene porqué ser una gilipollez. No hemos instalado en los últimos 20 años (casi 30) en un sistema de pensamiento único dónde solo hacen falta ligeras correcciones para ir tirando. Y sobre esas ligeras correcciones si que hay gente más preparada que otra. Pero para vislumbrar las transformaciones sustanciales que a mi me gustaría ver para dirigirse a un mundo más justo y sostenible... creo que para eso tanto la economía como el darwinismo social son significativas rémoras.

Por cierto, si alguna vez además de un sueño (como Luther King) tengo alguna idea, ya la expondré, ya.

RKincaid dijo...

Por supuesto que pretender transformar la sociedad no es una gilipollez. Tengo gente muy próxima a mí que dedica y ha dedicado lo mejor de su vida precisamente a eso y los admiro profundamente. Pero lo hacen desde abajo, desde donde hay que hacerlo. La sociedad no es una obra de ingeniería susceptible de ser diseñada a priori. Todos los intentos en esa dirección (y hemos conocido unos cuantos en el siglo XX, tanto de derechas en Alemania y España por ejemplo, como de izquierdas en la Europa del Este o Cuba), han resultado fracasos monumentales con un carga de sufrimiento humano descomunal.

Y es que no se puede olvidar que el Hombre, no es un ser idílico y maravilloso. El Hombre actúa motivado por impulsos consustanciales a él de índole psicológica, sociológica y económica. Es un sistema muy complejo.Mucho más complejo que el problema de los tres cuerpos en física: sólo tres cuerpos y con leyes de funcionamiento conocidas, y somos incapaces de determinar su evolución final...

Son posibles los kibbutz. Pero mientras sean voluntarios. En el momento en el que el kibbutz es "obligatorio" acabamos en el Archipiélago Gulag, o gaseando a millones de judíos.

No se pueden ignorar las fuerzas que están por debajo y los economistas llevan ya más de dos siglos tratando de explicar algunas de esas regularidades empíricas en el comportamiento económico. Tratando de convertirlas en ecuaciones y números para poder ser manejadas. Creando nuevos conceptos de magnitudes invisibles para tratar de poner orden en una realidad muy compleja. Y no... no puede admitirse cualquier opinión. No caigas en el pensamiento mágico: no .o haces si hablamos de homeopatía o fenómenos paranormales... ¿por qué hacerlo cuando hablamos de economía? ¿Por qué te asusta el pensamiento único en economía y no te asusta en la física?

En ciencia llevais tiempo haciendo divulgación y aún así, el conocimiento es bajísimo. En economía no se ha hecho absolutamente nada de divulgación. Conceptos discutibles pero muy útiles para razonar como utilidad marginal, excedente del consumidor, excedente social, óptimos paretianos... no pueden ignorarse aduciendo que todo está mal porque los economistas se equivocan a veces, ergo olvidemos todo y vayamos directamente a la política. No, Joaquín. Hoy la política ya está por encima de la economía, y así nos va.

Yo puedo estar en contra de determinadas posiciones neoliberales, pero tendré que argumentar muy bien. No basta con que San Pablo se cayera del caballo y viera la luz: tuvo que retirarse a estudiar durante 10 o 12 años para poder enfrentarse a los maestros de la Ley y discutir con ellos. No basta con creer tener razón, hay que ser capaz de manejar los conceptos y discutir al mismo nivel de razonamiento teórico. Se trata de discutir con argumentos, no de convertirse en piquetes "informativos".

Podemos no reformar el mercado laboral, pero alguien tendrá que decir el coste que eso supone. Negando la mayor no evitamos las consecuencias gravísimas de una normativa inadecuada. Hay mucha gente en este país muy asustada y bailar al son de lo políticamente correcto no va a ayudarles.

Un abrazo

Joaquín Sevilla dijo...

Muchas cosas dices; demasiadas para mi espíritu prevacacional. Pero hay una que no puedo dejar sin contestar:

"¿Por qué te asusta el pensamiento único en economía y no te asusta en la física?"

Porque la física es una ciencia y la economía no (al menos no en el mismo sentido). Y ese es precisamente el centro de mi argumentación a lo largo de unos cuantos posts sobre el tema.

Un abrazo

RKincaid dijo...

Discrepamos ;)

Pero pásalo bien en vacaciones.

Un abrazo

Joaquín Sevilla dijo...

Si. Pero eso no es malo. Suerte con tus "asuntos".

Abrazos

Naeros dijo...

La economía a veces me recuerda a las actuales hipótesis planteadas por la física para aunar relatividad y cuántica.
Es decir, un conjunto de teorías sin comprobar (aún) que pugnan entre ellas para ser la que mejor prediga la realidad.
Una diferencia fundamental está en que la física no afecta al precio del pan o las cifras del paro, con lo cual hay muchos menos intereses en juego.

Llevo un tiempo leyendo el blog de Paul Krugman en el NYT y si algo me queda claro es que la economía está muy mezclada con la política, para bien y para mal.

En cuanto a si es una ciencia... aspira a serlo y quizá lo consiga. Ahora mismo creo que son demasiadas las incógnitas que maneja para que resulte.
Claro que opino de manera similar respecto a la psicología...