jueves, 1 de marzo de 2012

Francia y los rankings universitarios

Gracias al magnífico resumen de noticias universitarias que preparan mensualmente en su blog Xavier Puente y Tomás Gómez descubro las actuaciones que está llevando a cabo el gobierno Francés para mejorar la posición de sus universidades en los rankings internacionales. En resumen se trata de crear megauniversidades a partir de la fusión de instituciones anteriores y de proporcionarles fondos extra. Se han seleccionado 8 consorcios concretos para fusionar y el plan detalla la posición en la que se pretende que queden en el ranking de Shangai. Me parece una noticia curiosísima que merece ser valorada (para bien o para mal) desde varios puntos de vista.

¿Es tan importante aparecer en el ranking de Shangai? Puede ser que la tradicional "grandeur de la France" exija esfuerzos sólo por figurar, pero no se yo si en estos tiempos que corren las decisiones políticas se pueden tomar sólo por orgullo. Probablemente se considere la clasificación en ese ranking (o en otros) es una medida real de la calidad de la universidad y que aumentarla es obviamente bueno, para la universidad y para el país al que sirve. Pero el procedimiento elegido no va a aumentar la calidad del conjunto del sistema universitario francés, sino sólo de una parte.

El procedimiento escogido consiste (trivializando un poco, for the sake of the argument) en buscar de entre lo que ya hay que trozos son los que mejor "puntúan" y ponerlos juntos. Si la cosa se limitara a eso, la calidad global del sistema no habría variado un ápice. Eso sí, unas universidades habrían subido de puntuación a costa de otras que habrían bajado. Se puede argumentar sobre las sinergias de la reunión de los mejores (precioso concepto difícil de demostrar a priori), y que no sólo se trata de eso, sino que también se pretenden incrementar los recurso totales. Aún así, la clave está en la reorganización desequilibrada del sistema universitario.

No es de extrañar que a los que les toca perder en la jugada (todos los que no están en los 8 consorcios elegidos) estén molestos y protesten. De ahí surge otra de las sorpresas de la noticia, el gobierno Francés tiene la capacidad ejecutiva de sobreponerse a esas críticas y llevar adelante su proyecto aún con ellas.

Todo esto tiene su gracia especialmente por la comparación con nuestro país. El interés en figurar en los rankings (en el de Shangai en particular) lo han manifestado varios de los últimos ministros de Educación, el actual muy especialmente. No me queda claro cuál es la motivación real de ese deseo, pero el procedimiento que se esboza (porque a propuestas concretas no hemos llegado) es el del desequilibrio, reunir lo que más puntúe, cosa con la que yo no estoy de acuerdo. La competitividad del país si que gana con la calidad de sus universidades, pero con la calidad conjunta del sistema, y un movimiento de este tipo, puramente táctico, no la aumenta, sólo la recoloca. El incremento de recursos si que sería una ganancia neta para el sistema (supuesto que se emplea con eficiencia, cosa que no dudaré ahora), y ese incremento si que se puede colocar de forma concentrada, para que resulte más eficiente (probablemente) . Esa parecía la idea del programa de "Campus Internacionales de Excelencia" (CEI), pero a la hora de ponerlos en marcha la capacidad ejecutiva del gobierno no fue suficiente para vencer las diferentes presiones y se acabó en el clásico café para todos (o casi). Lo del programa de los CEI es fantástico, se pone poco dinero, se reparte mal, además en realidad no se pone sólo que se presta, y al final ni siquiera (el actual gobierno ha "suspendido" los pagos). A los CEI se les puede aplicar el clásico dicho: es un programa que no es ni bueno ni malo, es mentira. Eso sí, con los triunfos de la selección de fútbol, y si hace falta se pone a Nadal en el bote, en este país no necesitamos mejorar las universidades para mantener alto el orgullo.

La figura se la he cogido prestada a @ScientiaJMLN de este post

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La moda de las clasificaciones pasará como tantas otras y todo lo que se haga hoy en función de eso, mañana será visto como algo absurdo. Pensar que un país tiene que estar en una clasificación de cosas que no tiene es literalmente un sueño. Si España no tiene premios Nobel y Francia sí, será por algo. Igual por lo mismo que España tiene La Roja, Nadal o Fernando Alonso y Francia no. Cuando se es un país de camareros abonado al sol y playa para jubilados europeos, igual sería mejor ser los primeros en eso y dejar de soñar con que vamos a ser los mejores en investigación o que vamos a tener las mejores universidades. Lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, lo que pasa es que la realidad es muy tozuda y muchos se niegan a verla. España no es país para investigadores, salvo cuando viene de vacaciones. Es triste, pero es real.

Joaquín Sevilla dijo...

Bueno, tampoco hay que exagerar. En el "medallero" científico, dependiendo de cómo se calcules estaremos entre el 15 y el 20, lejos de la cabeza, pero mucho más lejos aún de la cola. La contribución española a la ciencia mundial (casi un 3%) no es nada despreciable.

Hay mucho que mejorar, en financiación, consideración social, organicación del sistema de ciencia que lo haga menos mezquino (plagado de competiciones internas miserables) y más orientado a grandes resultados...

Desmantelarmo para dedicarnos todo a la hostelería me parece un poco excesivo ;-)